miércoles, 9 de marzo de 2011

CUIDEMOS A LOS NIÑOS


La violencia en los medios de comunicación y su efecto en los niños.
Al menos 1 de 4 combatientes en el mundo. Son niños (ONG Derechos Humanos, 2005) esto es lo que la sociedad a nivel mundial esta viviendo y en gran parte debido a lo que se transmite por la televisión. Una investigación llevada a cabo en EE.UU (UNICEF, 1999) concluyó que: “la exposición a la violencia en televisión provocaba un comportamiento cada vez más violento, tanto en el momento como con el paso del tiempo”.
La violencia inunda nuestras mentes y la de los niños, lo que ellos ven como ¨entretenimiento¨ ha fomentado el cambio en su comportamiento y su manera de ver la vida.
¿Nos hemos dado cuenta que los estamos exponiendo a ser violentos desde muy pequeños? y ¿Qué somos nosotros los responsables de lo que están viviendo?.
Los niños son inocentes, no tienen maldad o no la tenían, pero ahora con los programas tan explícitamente violentos lo ven como algo de la vida diaria.
Como adultos tenemos la obligación de educar e informar a los menores para que no afecten su vida y la de los demás, ya que la maldad y los malos actos pueden llegar a destruir la vida de las personas, ¿Cuántas veces no hemos escuchado en los medios de comunicación que un menor de edad abusó, mató o afectó en general de manera psicológica a otro ser humano? El número de veces es aterrador, sólo durante el 2009 un total de 190 jóvenes del Distrito Federal se quitaron la vida a consecuencia de la violencia que sufrían en la escuela (INEE, 2009), lo anterior como consecuencia de la exposición a la televisión y a los video juegos que se encuentran en el mercado donde se expone la violencia como un medio recreativo por el cual los niños se divierten sin tener en consideración el efecto que tiene en ellos.
Pero los adultos sí entendemos las implicaciones y a que grado puede llegar a cambiarles su perspectiva del mundo.
Un ejemplo muy significativo de lo anterior, es el caso extremo de unos niños de 7 y 9 años que mataron a una pequeñita de 2 años, la golpearon, torturaron y luego estrangularon, los psicólogos que los entrevistaron mencionaron lo siguiente: "Sabían lo que estaban haciendo, comprendían ese dolor, pero no los conmovió; Fueron fríos y de alguna manera les dio placer" es atemorizante pensar que un niño  de esta edad al que se concibe como un bebé, tenga el poder de quitarle la vida a otro un ser humano.
Según estadísticas (Nielsen Media Research, 2000) afirman que ¨1023 horas en promedio son las que un niño pasa frente a la televisión, y 81% de este tiempo los niños de 2 a 7 años lo hacen sin supervisión¨
Los juegos y juguetes que están de moda son un camino a la agresividad, donde los niños piensan que están jugando, en realidad están simulando practicas bélicas donde el que mata gana.
Un estudio recientemente realizado por la ¨National Coalition on Televisión Violence¨ demostró efectos perjudiciales en niños y adolescentes normales, comprobando la conexión entre los video-juegos violentos y un comportamiento agresivo posterior.
Un caso del que México fue testigo fue el de El Ponchis, un niño de 14 años, transformado en un temido asesino a sueldo, ¨niño¨ que ha decapitado a mas de 20 personas, y que seguramente como fue con el caso de los pequeños de 7 y 9 sintió el placer de hacerlo.
Debemos tener claro que los niños cuando nacen no son malos, sino que lo van aprendiendo de su entorno y de los programas de televisión, que los invita a imitar todo lo que ven y lo ponerlo en practica pensando que es un juego o que simplemente es lo correcto.
Debemos considerar a los niños como entes con inteligencia y conciencia, por lo que debemos enseñarles lo bueno y lo malo y así puedan distinguirlo.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Los medios NO engañan

En el articulo argumentativo acerca de la violencia en los medios voy a utilizar referencias que se centren en los televidentes, pero lo voy a enfocar a los medios ¿porqué es bueno que pongan cosas violentas en los programas? y que beneficios tiene el hacer esto para la sociedad en que vivimos.